Comenzó sus primeros pasos en la danza gracias a su madre, Sylvia Moreira, bailarina egresada de la Escuela Nacional de Danza división Folklore. En la adolescencia tuvo que decidir entre sus dos pasiones: la danza o el fútbol profesional. ¿El resultado? “Si me quedaba con el fútbol, aparte de no haber vivido un montón de cosas, no hubiese conocido al amor de mi vida, así que creo que la danza fue la mejor elección.”
¿Cómo fueron tus comienzos?
Empecé a bailar de chiquito y cuando tenía 10 años mi madre armó un grupo que se llamaba “Ballet Folklórico Horizontes”. Nos presentamos a la primera Movida Joven en el 2002, donde salí mencionado mejor bailarín y en el 2003 ganamos el certamen. En el 2004 hice intensivo con Paulo Aguiar de clásico, pero mi gran maestra siempre fue mi madre, soy lo que soy gracias a ella.
Estuve también en el grupo “El Hornero” y allí aprendí Malambo Show: boleadoras, bombo, etc. y paralelamente empecé a estudiar tango. Después paré porque jugué al fútbol y no sé qué iba a hacer, si el fútbol o la danza pero acá me ves...
No bailé como 5 años que hice fútbol y retomé el folklore en el 2011 con Tierra Adentro por invitación de Carlos (Borthagaray). Con el grupo pasé un montón de cosas, incluyendo dos giras por Europa. Fue una experiencia increíble, ver cómo el folklore uruguayo es reconocido internacionalmente y cómo gusta. Es de los más divertidos y dinámicos en comparación a otras danzas tradicionales europeas. Ver cómo disfrutaron nuestro espectáculo allá tiene su valor porque quedás feliz de la vida mostrando lo que amás por el mundo, pero la contra es que te das cuenta que afuera te valoran y acá no, y te da bronca porque te preguntás porqué acá pasa eso. Fijate que una vez fuimos a bailar a un pueblito al sur de España que tenía 4000 habitantes pero en el festival, sin contar los artistas, eran 9000 personas. Ahí ves el apoyo que se tiene en otros países y acá no pasa.
¿En Uruguay hay movidas grandes de folklore? ¿Cómo es Montevideo con respecto al interior del país?
En el interior hay festivales grandes, como el de la Patria Grande en Tacuarembó. En Durazno hay un Certamen que es muy importante también. En Montevideo pasa algo raro: hay mucha gente que baila folklore, pero pasa como en todas las danzas, que no se apoyan unos grupos a los otros. Ahora hay una nueva generación de folkloristas jóvenes que buscan disfrutar y apoyar el arte del otro sin criticarlo y sin prejuzgarlo, siempre desde el lado constructivo. El folklore a veces carece de técnica porque no toman clases de otras técnicas como clásico, moderno u otras que puedan aportar. En este momento estamos viviendo una etapa de evolución y de transformación. En Tierra Adentro comenzamos a incorporar técnicas de otras danzas para transformarlo sin perder la esencia y sin faltarle el respeto a la estructura, pero buscando fusionar con criterio para darle mejores movimientos.
¿Cómo surge el Ballet Folklórico Pieles?
“Pieles” surge a través de un aviso que ví en Internet, un llamado para los Fondos Concursables del MEC. Entonces ahí se me ocurrió armar algo para presentar, pero ecesitaba un aliado para potenciar esa idea y se me ocurrió mi hermano de la vida, Maximiliano Galaschi, que empezó conmigo en Horizontes y ahora está cursando 4to. año de la END división ballet. Ya es un gran bailarín pero va a ser mejor aún. Al otro día que le conté ya nos juntamos a armar este ballet que se llama Pieles, con la idea de mostrar cómo sentimos nosotros el folklore hoy, que no es el mismo que el de ayer. Algunos folkloristas mayores piensan que está bueno el cambio y otros creen que es una falta de respeto porque piensan que estás deformando una danza que no puede ser tocada. En el 2015 ya no se puede pensar ninguna danza como pura, todas tienen algo de otra, una fusión con otros estilos. Sentimos la necesidad de mostrar lo que nosotros hemos aprendido, amamos el folklore pero también tenemos otras danzas que le pueden aportar más vuelo, hacerlo más libre en cuanto a expresión. Ya de por sí el folklore es estético, pero las otras técnicas aumentan el valor.
Existe un llamado de la Intendencia (Montevideo) junto con ADDU, que todos los años realizan para el Fortalecimiento de las Artes. Nos presentamos para el de “Creación de obras no estrenadas” y ganamos. Lo que te brindan es un monto de dinero para armar el espectáculo que lo tenemos que estrenar a principios de diciembre. Lo presentaremos en una sala central de Montevideo y en alguna otra sala descentralizada, que es lo que exige el reglamento. Queremos realizar un par de funciones más también para que no quede solo en eso y que podamos aprovechar la oportunidad.
Los directores somos nosotros dos pero también trabajamos con mi hermana y mi novia, Paola Carazo y Valentina Salarí. Los cuatro somos los coreógrafos de la obra. También van a ingresar otros dos compañeros más del folklore.
¿En qué se basa el espectáculo?
Queremos mostrar y difundir las danzas tradicionales. Dónde se bailaban, porqué, quiénes lo bailaban. Ir a los orígenes. Va a ser un estilo de Danza-Teatro, con una historia que englobe todo con puesta en escena y escenografía acordes para que el espectador visualice el ambiente donde surgieron las danzas folklóricas orientales.
La segunda parte es como un despertar en el 2015, donde encontramos nuevos movimientos, buscar otra calidad de movimientos hasta que se empiezan a dar determinadas danzas que ya mostramos pero con ese agregado de transformación y evolución.
El objetivo es borrar los prejuicios del folklore, que no sea algo que se piense como aburrido, y mostrar cómo sentimos nosotros el folklore de hoy. Queremos impulsar la dedicación, sin dejar de ser fieles a uno mismo.
Por otra parte, tenemos pensado también hacer una mini gira por el interior en verano junto con Pieles, e incluso el proyecto que presentamos a los Fondos Concursables no es el mismo que el de ADDU. Este que ganamos es un gran impulso porque fueron muchas horas de trabajo, de redacción y creación, nos lo tomamos muy en serio.
By Eugenia Cantera